Por un lado, la mayéutica es el método aplicado por Sócrates a través del cual, su acompañado, por medio de preguntas reveladoras y a través del diálogo, descubre conocimientos, descubre su Verdad, descubre sus respuestas, aquellas que nadie le podrá dar jamás.
La mayéutica socrática es quizás, el primer antecedente del coaching.
Por otro lado, Aristóteles intentaba ser un maestro diferente, tal y como lo había sido su mentor. Sus compañeros filósofos daban sus clases en las aulas, encerrados durante horas.
Él tenía una visión distinta, y prefería cambiar el escenario de sus lecciones al exterior.
Sus acompañados caminaban por los jardines y áreas comunes a las afueras de Atenas conforme mantenían diálogo reflexivo.
Aristóteles tenía la creencia de que el mundo solo se conoce desde la experiencia, así que sus encuentros solo podían ser efectivos si se impartían en el exterior, en la naturaleza, caminando.
Así, a sus discípulos se les conoció como los peripatéticos, un cultismo griego que significa “los que deambulan alrededor de un patio”.
Al caminar, se potenciaba la observación, sus discípulos estaban más presentes, más atentos. Según cuentan los historiadores, era frecuente verle rodeado de un grupo mientras caminaban y dialogaban.
Ya lo decía Platón: mente sana en cuerpo sano.
La costumbre de asociar el caminar y el contacto con la naturaleza con la inspiración y la creatividad ha permanecido hasta hoy.
Decía Cicerón: “Para ser feliz solo necesito una biblioteca y un jardín”.
A la misma conclusión llegó Friedrich Nietzsche: "Todas las grandes ideas se conciben caminando".
Steve Jobs lo practicaba frecuentemente, sobre todo antes de una reunión importante o para entrevistar a un candidato a entrar en Apple.