No importa el cómo,
Pero sí ha de darse.
Darse el espacio de estar conmigo,
Estar presente.
Aquí y ahora.
Silencio y presencia que pueden nacer caminando, escribiendo, meditando formalmente…
No es la acción, no es el hacer sino el estar.
¿Por qué no?
¿Qué te impide parar?
¿Hay algo que te asuste?
¿Quizás el sonido del silencio?
Estar contigo.
Día a día.
Sin escapar.
Sin querer buscar «dopamina barata» o «tirita artificial».
Sin querer evadirme con algo rápido,
Algo fugaz.
Y desde ahí,
Desde ese estado de presencia que sostienes,
Comienza ese camino de autoconocimiento,
Camino que nos lleva a mayor consciencia,
Mayor confianza en uno mismo.
Te empiezas a reconocer.
En este reconocer,
Te alineas.
Florece la responsabilidad.
La asumes, la comprendes, la integras.
El niño crece y evoluciona.
Y aunque no desaparece pues ese niño vive en todos,
Surge la coherencia.
Responsabilidad de Ser.
Coherente en tu pensar, en tu sentir, en tu hacer.
Descubrir los valores con los que quieres experimentar el juego.
Juego llamado Vida.
¿Sabes que voy aprendiendo?
Que empezar a vivir así,
Es Ser LIBRE.
Libertad interior.
Camino a la plenitud.
Plenitud que te devuelve tu energía,
Tu potencialidad.
Lo que ya ERES.
Vivir más creativamente,
Más espontáneamente.
Vivir por inspiración.
Esto es Vivir.
Probablemente, y esto es un simple opinión, todo lo demás sea sobrevivir.
Y todo comienza por querer estar contigo.
Estar presente.
Y tu,
¿Quieres?
El momento es ahora.
Un profundo abrazo,
Patricia.