Acompaño de forma individual a personas a partir de 14 años porque también merecen la oportunidad de descubrir lo que son y lo que quieren; para qué hacen lo que hacen y qué quieren hacer para ser la mejor versión de sí mismos.
Cuanto más confusa está la mente, más necesidad tiene de desarrollar un pensamiento útil.
Pienso, y esto es una opinión, que uno de los problemas a los que se enfrentan los adolescentes y jóvenes es que se les trata como adolescentes y jóvenes más que como personas.
Tienen unas características que los diferencian de los adultos, pero son tan diferentes como lo es una persona de 25 de otra de 50.
Mi trabajo con adultos es acompañarlos a escucharse y provocar un pensamiento diferente que les ofrezca nuevos recursos internos y nuevas opciones, más conocimiento sobre sí mismos y más capacidad de observación de lo que los rodea.
¡Con los adolescentes y los jóvenes es exactamente igual!
Un espacio que nace con interés de vivir la conversación hacia el aprendizaje desde la generación de pensamientos diferentes y la observación.
El acompañamiento con adolescentes y jóvenes que practico es el mismo que ofrezco a los adultos porque, en todos los casos, parto de una apertura sin prejuicios o ideas predefinidas.
Les servirá para entender mejor lo que les rodea desde su propio proceso de comprensión; seré una compañera de camino con mucha curiosidad por conocer todos los aspectos de sus motivaciones, intereses, motivos y acciones.
Desde esa curiosidad que promuevo, ellos son los que comprenden, aprenden e integran, pues ellos son los únicos expertos en su vida.
El bello oficio de acompañar es un acelerador del aprendizaje de vida.
Es fomentar conciencia e invitar a la reflexión a través del diálogo, la escucha y el silencio.
Una oportunidad para que descubran el mundo con unos ojos más observadores, capaces de ver más de lo evidente, más de lo que ya ven y más de lo que otros les enseñan.
El acompañamiento sólo tiene sentido cuando es voluntario.
No trates de convencer ni forzar.
Puedes proponerle una primera sesión que no tendrá coste para que él o ella decida si quiere continuar.
El responsable del proceso es él o ella y será quien decida qué suceda y para qué lo quiere.
Cuando una persona alinea corazón y mente, todo su mundo cambia.
