Palabras justas.
Palabras conscientes.
Cuánto mecanicismo en la mente…
Todo prácticamente automatizado.
Creencias incrustadas,
Oxidadas,
Pegadas,
Ancladas…
No importa de donde,
No importa de quien,
Importa darse cuenta;
Y soltar.
Despedirse.
Comenzar a crear propias reglas,
Valores,
Creencias,
Y todas ellas sin apego,
Sin importancia.
Recordando la continua impermanencia.
Inestabilidad.
Todo llega,
Todo se va.
No cojo nada.
Atestiguo.
Lo que acontece, ES.
Con o sin agradecimiento,
Pues todo pasó, pasa y pasará.
Todo experiencia te permite ver.
Te muestra,
Te enseña,
Te invita a comprender.
Integrar.
Continuar.
Desde la vacuidad,
Desde el vacío absoluto,
Admiro todas las formas que existen.
Existen y admiro.
Forman parte de ese vacío.
Aprender a mirar.
Sin tocar.
Nada es mío.
Ni mío soy.
Solo camino.
No me apego ni a este cuerpo,
Ni a estas rutinas que hoy vivo.
Voy a lo sencillo.
Al origen.
A la Verdad de lo que ES.
Pago peajes, aduanas…
Lo que tenga que ser.
Caminar por la Tierra tiene un precio.
Y no se discute…
¿Para qué?
Es un invento,
Parte del juego.
Me centro en mi centro.
En esa Libertad hacia adentro.
En recordar quién soy.
Para no apegarme a lo que no es.
Me quito importancia.
Entiendo la palabra humildad.
Creo mi propia definición desde mi visión.
Camina…
Caminar y observar.
Sin tocar.
Sin desear.
¿Eres capaz?
Míralo todo…
Como si no lo volvieras a ver más.
Un profundo abrazo,
Patricia.