Estar en el mundo,
Sin dejar huella.
¿Puedes?
Tan solo observa.
No hay nada que decir.
Deja que otros digan.
Que otros cuenten cuentos.
Regala silencio.
Fértil.
Limítate a a sonreír,
A todo el que llega.
¡Bienvenido sea!
Que tu escucha inspire.
Que tu silencio abrace.
Que sea reconfortante,
para ese peregrino cansado del viaje.
Que no haya nada que decir
Y todo se ha dicho al mirarte.
No tienes que servir,
Ni ser de «utilidad»
Como vende la new age.
¿Estar al servicio de los demás?
Primero:
Conócete a ti mismo
Y respétate.
Después:
Todo se hace.
Tú no haces nada.
Prioriza.
Ese ego,
Es evidente que no se quiere marchar,
Que se ancla fuerte,
Como las raíces del árbol a la tierra.
Le observas con compasión.
Déjalo estar.
Como buen espectador,
Mírale de frente.
Déjale que se crea su fantasía.
Tu tienes otra ocupación.
Y sencillamente camina.
No hay mucho más que hacer.
¿Lo difícil?
No hacer.
No decir.
Tantos haciendo…
Tantos diciendo…
¡Cuánto guru!
No caer en la tentación.
Ante tantos movimientos…
Estate atento.
Estar presente.
Estar contigo.
Tiempo de silencio.
Se acerca el invierno.
Un profundo abrazo,
Patricia.